En el último tiempo, a paso lento pero sostenido, la asociatividad gana espacios y suma voluntades dentro del campo de la gestión cultural en la región. A través de la vinculación entre organizaciones, el desarrollo de encuentros y redes locales, la formación de asociaciones, los agentes culturales van generando instancias de auto-reconocimiento y agrupamiento para el logro de sus finalidades. Siguiendo esta ruta, entre los días 8 y 10 de Marzo pasado, tuvo lugar en Nicaragua la reunión del Proyecto RIO, Redes, interacciones y organizaciones del sector cultural en América Latina, reuniendo a representantes de diversas redes culturales de la región.
En su primera fase, impulsado por la Red Sudamericana de Danza, el Programa Cultura e Integración y Cultura Perú, y luego de recibir diversos aportes recogidos en una consulta virtual abierta, el proyecto busca “promover la articulación estratégica entre redes y proyectos culturales colaborativos de América Latina a través del mapeo de experiencias, el intercambio y la construcción de agendas de incidencia del sector cultural en el continente”, tomando como punto de partida los esfuerzos asociativos en desarrollo.
En este marco y teniendo como sede el Centro Cultural de España en Managua, la reunión contó con la participación de Plataforma Puente, Red Sudamericana de Danza, Red Fora do Eixo (Brasil), Red Latinoamericana de Gestión Cultural, Red de Microcines (Perú), Cultura Perú, Guanared y Cokomal (Costa Rica), Caja Lúdica (Guatemala), Red Lagartija (El Salvador), Centroamericana de Teatro, Comisión Nacional Puntos de Cultura (Brasil), Cultura e integración (Costa Rica), Comunidad Software libre (Nicaragua) y Cultura Senda (Venezuela).
Como se desprende del debate, se constata que pese a las dificultades están en curso diversos esfuerzos asociativos en Latinoamerica. Actuando a distintos niveles, unos en el plano local y otros a nivel regional, combinando la presencialidad con lo virtual, se desarrollan plataformas sectoriales que nuclean esfuerzos que promueven el acceso a la cultura, la participación ciudadana en la gestión pública, el desarrollo de modelos de economía solidaria, la diversidad cultural, entre muchos otros temas que le son comunes a estas iniciativas. Dichas experiencias juegan un rol importante que el proyecto pretende potenciar.
Luego de tres días de trabajo, las organizaciones presentes compartieron la necesidad de fortalecer el trabajo conjunto “por la construcción social transformadora, por una nueva cultura política basada en el afecto, la confianza y el deseo colectivo; por mayores espacios de horizontalidad y colaboración, y por la participación ciudadana en la política, la economía y la cultura”. A partir de esto, el mapeo de redes, la sistematización de experiencias, el desarrollo de encuentros, intercambios y estrategias de información, el fortalecimiento de capacidades, incrementar la incidencia a nivel de políticas culturales y asegurar la sostenibilidad de este esfuerzo, constituyen las principales líneas de acción a desarrollar.
Buenas noticias que llegan desde Centroamérica, para la siempre bienvenida labor de conectar voluntades y esfuerzos. ●
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