Con una emotiva ceremonia, el pasado sábado 14 de mayo, se realizó en el Palacio Álamos de Santiago la certificación de la Escuela de Gestión Cultural Comunitaria de la Región Metropolitana.
La iniciativa, impulsada por la Mesa de Organizaciones Culturales Comunitarias, con el apoyo del Programa Red Cultura del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la Región Metropolitana, surge como respuesta a las necesidades de formación planteadas por las propias organizaciones, dando vida a esta Escuela, pensada como una instancia dirigida a su fortalecimiento a través de un proceso formativo dinámico y pertinente. Del mismo modo, visibilizando estrategias y herramientas para el desarrollo de capacidades que contribuyan a mejorar su labor, a la vez que favorezcan procesos de incidencia en sus territorios y en la gestión pública.
La capacitación, ejecutada por Egac en alianza con la Universidad de Guadalajara, se realizó entre los meses de enero y marzo de 2022, y abordó los temas de gestión cultural, gestión cultural comunitaria, diseño de proyectos y registro y sistematización de experiencias, completando un total de 60 horas cronológicas. Del mismo modo, contempló visitas a destacadas experiencias en terreno como el Museo a Cielo abierto de San Miguel, la Escuela de Música Enrique Soro de Quilicura y el Gran Circo Teatro en la comuna de Santiago.
La Seremi de las culturas de la Región Metropolitana, Alejandra Jiménez, saludó la realización del proceso formativo, señalando que estamos en tiempo de transformaciones y eso significa “entender la cultura desde otra mirada, y no solo las políticas públicas construidas desde las élites, la industrias y la producción artística, sino que principalmente desde las organizaciones, la ciudadanía, las personas y los territorios”, concluyendo con saludar a Egac “que ha hecho una tremenda labor y aporte a las culturas comunitarias”.
Reconocimientos
También hubo espacio para los reconocimientos. Estos, fueron entregados a Francisco Miranda Cordero, Iván Timm y Karen Pazán, participantes que hicieron entrega de los trabajos finales más destacados en cada una de las alternativas existentes, a saber, proyecto de intervención, proyecto de sistematización o ensayo.
Del mismo modo, se destacó a aquellos participantes que asistieron al 100% de las actividades formativas, tanto en la modalidad en línea como a las presenciales, destacando su alto compromiso con el conjunto del proceso, recayendo estas menciones en Francisco Miranda Cordero, Jorge Molina Bahamonde y Mauricio Almarza Muñoz. Todo ellos recibieron un libro de autores chilenos, especialmente elegido para la ocasión.
Un espacio de aprendizaje
A nombre de los participantes, Ximena Sanhueza Oyarzun, Directora General de la Corporación Cultural Bailemos Todos, en un sentido mensaje, destacó la exigencia académica del proceso, “acorde al más alto standard, que nos puso a prueba cómo estudiantes, como seres responsables de un compromiso, como seres pensantes y dignos de aprendizaje”, para concluir agradeciendo «cada acto de coraje y valentía por hacer eso, eso que muchas veces molesta, eso que te hace gestor de tu comunidad».
Recorriendo su experiencia de vida social, Francisco Miranda Cordero del Comité Patrimonio Barrio Las Rejas, destacó la Escuela como un espacio de aprendizaje: “he podido mirar mi experiencia y aprender que la gestión cultural es la práctica de activación social de procesos de desarrollo comunitario, para avanzar hacia una sociedad más humana, solidaria, cooperativa y creativa”.
Por su parte, a nombre de la Mesa de OCCRM Nibaldo Flores, destacó el recorrido de la mesa que cumple cuatro años, manifestando que “desde ahí se ha trabajado siempre con para y desde las organizaciones, pues la cultura de base es la energía que mueve la historia local” .
A nombre de Egac, Roberto Guerra, felicitó a los participantes y en especial a quienes se certificaron, destacando la importancia de los procesos formativos como posibilidad de avanzar en la incidencia de las organizaciones, realizando un llamado a ser protagonistas en el proceso de cambio que vive el país.
Acto seguido, la entrega de certificados y las fotografías para la posteridad, dio paso al saludo musical de Freddy Torrealba, un coctel y el tradicional vino de honor, con la promesa del reencuentro en el camino de la cultura y la comunidad.
Fotografías: Aw audiovisual, Roberto Guerra y Cristian Rivera.
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