Ante un salón lleno, el pasado jueves se presentó en el Palacio Álamos del Barrio Yungay la tercera edición del libro “Elaborando un proyecto cultural: guía para la formulación de proyectos culturales y comunitarios”, del gestor cultural y fundador de Egac Roberto Guerra.
El libro ya se había estrenado en Colombia en el mes de octubre, en el marco del 2° Congreso Latinoamericano de Gestión Cultural, contando ya desde su primera edición con presentaciones en México, Nicaragua, Colombia, Bolivia, Argentina y Chile, con gran acogida del público y de la crítica especializada, constituyéndose en un texto de referencia en la materia.
Comentaron el libro el coordinador del Magister en Gestión Cultural de la Universidad de Chile Gabriel Matthey y la Trabajadora Social y Psicóloga, Ligia Galván.
Es un libro que se lee, disfruta y agradece
“Todo el libro refleja el espíritu comunitario. En ese sentido, es un libro que se lee, disfruta y se agradece. El autor, se nota inmediatamente, es una persona que ha vivido de ida y de vuelta la gestión cultural. Al leer uno se da cuenta que hay una autoridad, hay una experiencia, hay pertinencia en lo que se dice. Hay cuidado, hay amabilidad, compromiso. Hay una serie de valores que están entre las líneas de lo que está escrito. Eso genera confianza”, señaló Gabriel Matthey en su comentario.
Más adelante agregó que “por eso se celebra el libro, porque es un libro que surge de la comunidad y en las comunidades la cultura tiene múltiples expresiones, no solo arte. Es amigable con la cultura de la calle, pero también con las instituciones. En ese sentido, es un libro muy transversal; una valiosa ayuda para la gestión de los barrios, las comunidades, las culturas locales, pensando en la escala humana, que es finalmente la que manda”.
El libro es una herramienta, que solo sirve si se pone en práctica colectivamente
Por su parte la trabajadora social Ligia Galván, dio inicio a su intervención recordando la trayectoria del autor “lo conocí allá a inicios de los años ´90 en el recién inaugurado Centro Cultural La Barraca de La Florida, cuando cursaba 4° medio en el Liceo Benjamín Vicuña Mackenna y participaba en la Comisión juvenil de ese espacio”, destacando ya su compromiso social y amor por la cultura.
“… eso es lo hermoso de este libro que hoy re-presentamos. Es un libro que nace y arriba a partir de la experiencia de años. Los que hemos trabajado en comunidades sabemos lo complejo y hermoso de aquello. De la paciencia y perseverancia que implica y del corazón que hay que poner en el intento. Sabiendo que hay resultados maravillosos como muchos esfuerzos fallidos, que a veces desmotivan. Pero continuamos porque estamos convencidos del sentido histórico y humano de lo que hacemos”.
“Por eso destaco este libro, porque es una herramienta potente para ello, que sólo sirve si se pone en práctica colectivamente. La gestión cultural comunitaria es un proceso de aprendizaje de toda la vida, en lo micro y en lo macro, en lo cotidiano. Destaco lo pedagógico del libro de Roberto, en especial el esfuerzo del glosario, que nos permite conversar con los mismos términos. Destaco la claridad, la concreción y especialmente el capítulo de sistematización”.
El libro surgió a partir de la evidencia
Cerrando el panel, el autor destacó el valor de la sistematización como posibilidad de aprender de la práctica. Esto en un contexto donde “para la noción administrativista de la gestión cultural, vinculada a la industria cultural y neoliberal de la cultura, todo es proyecto y producto” y donde la elaboración de proyectos se presenta como principal o única herramienta de los gestores culturales.
Esto tiene que ver con lo que llamó “pensar la experiencia: “¿Cuántas de esas experiencias logramos sistematizar, documentar en virtud de conocer qué han hecho, cómo lo han hecho, que han aprendido y qué puedo yo aprender de ellas?”, preguntó, agregando que el libro es una invitación “a detenernos a mirar la práctica y aprender de ella”. En ese sentido, agregó que el “texto nunca se quiso hacer. Se transformó en libro en el camino, a partir de la evidencia”, del resultado de la práctica como aporte a “disminuir la enorme brecha que separa a los agentes culturales y los recursos”.
Al finalizar, el cantautor Eduardo Yáñez interpretó algunas de sus canciones, dando paso al tradicional vino de honor conque concluyó la actividad.
En las próximas semanas el libro será presentado en la ciudad de Coquimbo, para luego continuar en Perú y México.
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